Todos habréis oído expresiones como estas: «me han cambiado la piedra», «la mía era mas pura y mas blanca», «mis diamantes (me dijeron cuando los compré) eran el rolls royce de las piedras y ahora las llevo para vender y me dicen que tienen muchas impurezas y que valen muy poco, ¿me las han cambiado cuando llevé la sortija al joyero para hacer la medida mas grande?» . Otras frases como: «mi padre, en vida, me regaló un diamante puro, siempre me lo decía, ahora lo llevo para restaurar la sortija y me dicen que es de baja calidad, ¿será que me lo han cambiado?», bueno y podría seguir escribiendo, pero creo que queda claro de que «bulo» estoy hablando. ¿Son unos manguis los joyeros? ¿es verdad que hay joyeros que cambian las piedras?.

Micrografía de un rubí sumergido en ioduro de metileno, antes de montar en una sortija
Micrografía de un rubí sumergido en ioduro de metileno, antes de montar en una sortija

Como todos sabeis, en todos los rebaños hay ovejas negras, pero en mi opinión, en la mayoría de los casos este «bulo» es mentira. Lo que pasa es que cuando un joyero vende una pieza, una joya, un diamante, etc, esta siempre es de muy buena calidad, los argumentos de venta son de adjetivos como: «es purisima», «este diamante es Wesselton de color y de pureza VS», «las esmeraldas tienen un color precioso, el mas apreciado, el de mas valor»…, bueno y seguiría contando argumentos. Entonces cuando alguien de su familia decide llevar a valorar, o a vender, o a arreglar, o restaurar una pieza, los adjetivos entonces cambian y es cuando el cliente empieza a preguntarse «¿me lo han cambiado?».

Micrografía de las inclusiones de una esmeralda montada en una sortija

En nuestro laboratorio intentamos e incluso a veces me dicen que exagero, que nuestros clientes, cuando traen su pieza a valorar, nunca la pierdan de vista. Por ello, no hay barreras de metacrilato o «jaulas» en las que el acceso del cliente al laboratorio esté restringido, todo lo contrario, su joya, pieza o piedra va con él al lugar donde tengamos que hacer las pruebas, o incluso acercamos el instrumento necesario al cliente, para que lo pueda ver. Como medida de seguridad, tenemos cámaras que filman de forma permanente  en todas las salas todas las actividades que realizamos, nunca nadie podrá decirnos «me han cambiado tal o cual piedra».

Todo esto se solucionaría con un certificado gemológico de la piedra de color o diamante, o un informe gemológico de la joya, pero en el momento de la compra, y cuando digo gemológico, me refiero a que lo firme un gemólogo, no me valen las tarjetas plastificadas y estandarizadas en las que todos los diamantes son de color H (Wesselton) y VS de pureza y nadie las firma, no tienen ninguna responsabilidad y en muchas, muchas ocasiones, por no decir en todas, no reflejan la realidad.

Mapa de inclusiones de un diamante, en donde se reflejan las características internas en rojo y las externas en verde

En un certificado de diamante siempre hay un mapa de inclusiones, es decir un mapa de situación de las impurezas o defectos, un mapa que siempre podremos comprobar antes de llevar al joyero para reparar la sortija o después cuando ya la ha reparado.
Por norma en nuestro laboratorio, cuando hacemos un informe de una pieza, joya, diamante o piedra de color, siempre fotografiamos con microscopio la piedra o piedras principales, de esa manera queda constancia de como es la gema por dentro y asi siempre se podrá comparar en un futuro.

Micrografía de un diamante montado en una joya, se aprecian perfectamente sus inclusiones

Los bulos siempre empiezan por algún motivo, no digo que no, algunas veces son de verdad, pero no tanto como la gente dice.
Insisto, eduquen a sus clientes en los certificados gemológicos, aunque tienen un coste, siempre es un valor añadido. Y lo mas importante es que dan tranquilidad al joyero y al cliente y son el arma para poder defenderse ante tal acusación.

Manuel Llopis es Gemólogo, Especialista en Diamante y Piedras Sintéticas Modernas, por la Universidad de Barcelona. Fundador y director del Laboratorio Gemológico MLLOPIS de Valencia.


Comentarios


3 thoughts on “Bulo, ¿verdad o mentira?”

  1. Estimado compañero gemologo,
    pues lo que en el post es llamado «bulo», me consta personalmente, ha pasado………..por desgracia no una si no varias veces, para evitar estas practicas, el interesado,osea el posedor de la piedra, dipone del servicio de un gemologo. Existen diferentes medidas para dotar precisamente a las piedras mas valiosas de un «carnet» de identidad. Por desgracia la gente quiere ahorarse estos servicios. A veces lo barato sale caro………..

  2. Hace tiempo, al valorar unas joyas, le dije al cliente que la esmeralda de uno de los anillos era sintética. Me dijo que no podía ser, que era de su abuelo y entonces no habían sintéticas. Me insinuó que hacía unos meses lo llevo a un joyero para reponer uno de los pequeños diamantes de la sortija, ya que se había caído. “seguro que me ha cambiado la esmeralda”, me dijo. Le dije que no conocía ningún joyero que hiciera una cosa así.
    Pasados unos meses me comento, a modo de disculpa, que no fue el joyero. Descubrió que su hijo se drogaba y por necesidad de dinero le cogió la sortija y vendió la esmeralda e hizo poner una de sintética.

Responder a Eric Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *