En nuestro Laboratorio Gemológico, recientemente, examinamos y certificamos un diamante de tipo IIa.
Detalles de la Pieza
La joya en cuestión es una sortija tipo «solitario» de brazo media caña uniforme con sus extremos convergen en la base de una montura cónica de seis garras con un diamante engastado. Los extremos del brazo lleva sobrepuesta sendas monturas trapezoidales cada una con un diamante de talla trapecio engastado en carril. El anillo tiene en su interior una lámina ceñidora para ajustar a varias medidas.
Está realizada en oro blanco de ley de 18 quilates, 750 milésimas con acabado pulido de brillo espejo y baño de rodio.
La hechura en la realización de la pieza es manual, así como el engastado de las piedras.
Análisis Gemológico Avanzado
El diamante central, de 2,43 quilates, captó nuestra atención por sus características intrínsecas que lo identifican como un diamante de tipo IIa. Estos diamantes están casi completamente libres de impurezas de nitrógeno.
Para asegurar la precisión en nuestra evaluación y ofrecer un informe exhaustivo, fue necesario desengastar el diamante central de la sortija. Este paso es crucial para facilitarnos una serie de pruebas gemológicas que detallamos a continuación. Al finalizar el estudio, la piedra se engastó de nuevo.
Utilizando técnicas avanzadas de espectroscopía, identificamos varios picos distintivos que son cruciales para clasificar este diamante dentro de esta categoría especial , los resultados del espectro mostraron indicaciones de diamantes de tipo IIa y la ausencia de nitrógeno. (Foto 1.)
El instrumento Gemlogis Vista confirmó con una luz naranja, que podría tratarse de un diamante natural de tipo IIa, un diamante sintético, o un diamante tratado. (Foto 2.)
Como parte de nuestro análisis, se realizaron pruebas de fluorescencia en el diamante utilizando luz ultravioleta de onda larga (366 nm) y onda corta (254 nm). Estas pruebas son importantes para determinar la respuesta del diamante, lo que puede proporcionar información adicional sobre su naturaleza. En este caso particular, el diamante resultó ser completamente inerte bajo ambas condiciones de prueba.
Bajo microscopio observamos este tipo de inclusiones (Foto 3, 4, 5, 6.)
La siguiente prueba fué observar el comportamiento del diamante entre polarizadores cruzados, una técnica que permite examinar la estructura interna de la gema. Esta prueba nos reveló un patrón de ‘tatami’, característico de los diamantes naturales, que nos confirma la autenticidad de la gema. Las líneas finas y entrecruzadas de color gris y negro también nos indica ausencia de tratamiento, ya que los tratados, presentan líneas más marcadas y de colores. (Foto 7.)
Conclusión.
Para llevar a cabo el análisis gemológico, fue muy importante el desengaste del diamante central. Esta medida, nos garantizó, más precisión a la hora de examinarlo. Tras la recopilación de todas las pruebas realizadas concluimos que se trataba de un diamante natural del tipo IIa.
Los diamantes de tipo IIa constituyen menos del 2% de todos los diamantes extraídos calidad gema.
En nuestro laboratorio, continuamos empleando y desarrollando las tecnologías más avanzadas para asegurar que cada gema sea evaluada con la precisión y el cuidado que merece.