Diamantes en bruto

Hasta hace relativamente poco tiempo, en el mundo de las piedras preciosas nada parecía tan inamovible como los canales de distribución de la producción minera de diamantes. En efecto, desde que en 1888 De Beers Consolidated Mines tomara el control de la minería de diamantes en Kimberley, Sudáfrica, y posteriormente acaparara la mayor parte de la producción mundial, el acceso a los cristales de diamantes extraídos de las minas estaba restringido a unos pocos comerciantes que cumplían con los estrictos requisitos establecidos por esta empresa. Así pues, todo el proceso de comercialización venía mediatizado o, si se quiere, dirigido desde el principio. Este esquema contaba con un importante argumento que favorecía su aceptación por gran parte de los sectores implicados: era capaz de mantener una relativa estabilidad en el suministro y precio del material en bruto. Pero desde hace algunos años otras empresas y sistemas de comercialización han penetrado en el mercado y han modificado el status quo anterior. Al observar las fuentes de suministro y los procedimientos actuales de distribución  de la producción mundial de diamantes constatamos que en un lapso de tiempo relativamente breve han experimentado una profunda evolución.
Un rápido repaso a lo que, hasta ahora, era el canal tradicional de distribución de la producción de diamantes en bruto calidad gema nos ayudará a situarnos en  el contexto actual. Recordemos que, tal y como hemos apuntado más arriba, a finales del siglo XIX De Beers Consolidated Mines comenzó su andadura como la empresa que, poco a poco, iba a llegar a controlar el 90% de la producción mundial de diamantes. A mediados de la década de 1930 la Diamond Trading Corporation (DTC), una filial de De Beers fundada para la comercialización de sus diamantes, acaparaba la mayor parte de la producción mundial de diamantes. La DTC era la base, junto con otros productores menores, de la Central Selling Organization (CSO). Esta organización clasificaba los diamantes extraídos, hacía lotes con ellos y los vendía a clientes fijos que la misma organización había seleccionado siguiendo perfiles estrictamente definidos. Estos clientes selectos recibían el nombre de “sightholders”. Se celebraban unas diez sesiones al año para la venta de los lotes de diamantes, el pago era inmediato y los lotes no eran negociables, es decir, se tomaba el lote o se dejaba; si el cliente rehusaba adquirir el lote en más de una ocasión dejaba de ser invitado a otras sesiones. De Beers ajustaba los precios al alza cuando veía que era posible, pero no a la baja.

Pues bien, esta dinámica estuvo funcionando sin interrupción durante poco más o menos un siglo, aguantó terribles embates como la Gran Depresión de los años veinte del siglo pasado, dos guerras mundiales, multitud de crisis económicas menores e incluso estuvo en pleno apogeo durante la Guerra Fría entre el bloque occidental y oriental: durante ese período De Beers fue capaz de entenderse con la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y hacerse con la producción de diamantes de sus minas.

Joyería de De Beers en Old Bond Street, Londres.
Joyería de De Beers en Old Bond Street, Londres. Fue la primera tienda abierta por esta firma en 2002. En la actualidad tiene 30 tiendas repartidas por todo el mundo.

Sin embargo, a principios de los noventa, debido a múltiples factores, el control de la DTC sobre la producción mundial de diamantes en bruto empezó a debilitarse. La disolución de las estructuras políticas de la URSS tuvo como consecuencias que algunos antiguos funcionarios estatales pusieran en el mercado importantes cantidades de diamantes que pertenecían a las reservas del estado; al mismo tiempo, se formaba la empresa minera rusa Alrosa que acabaría consolidándose con éxito y vendiendo sus propia producción al margen de la DTC. En 1996 la producción de la mina australiana Argyle, perteneciente a la empresa Rio Tinto, también quedó fuera del control de la DTC, Rio Tinto empezó a comercializar sus diamantes siguiendo un sistema parecido al de De Beers. Un poco más tarde, en 1998 le siguió la empresa minera BHP Billiton con la producción de su mina en Ekati, Canadá. Así es cómo a finales de los noventa el modelo clásico establecido por De Beers ya no era el único dominante. Nuevos protagonistas habían hecho su aparición en el comercio mundial de diamantes, y, además, nuevas tecnologías iban a acelerar los cambios que se estaban produciendo.
Hacia 2001 De Beers revisó por completo su estrategia y diseñó un programa al que denominó Supplier of Choice. En principio la empresa pretendía modernizar y hacer más transparentes sus canales de distribución. En esos momentos la opinión pública internacional presionaba intensamente para evitar el flujo de fondos procedentes de diamantes de ciertas fuentes hacia la financiación de grupos rebeldes y organizaciones terroristas inmersas en conflictos sangrientos. Por otro lado, la sorpresa vino cuando De Beers también anunció que se disponía a comercializar joyería con diamantes montados en sus propias tiendas. Esto último causó cierta perplejidad porque de esta manera De Beers podría hacer la competencia a algunos de sus clientes.

Así pues, hemos visto como a partir de los primeros años de la década de los noventa el comercio de la producción de diamantes en bruto, que había permanecido controlado durante más o menos una centuria, comenzó a experimentar cambios. Y, esos cambios  a principios del siglo XXI se iban a acelerar sobre todo con la irrupción de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. En efecto, empresas que habían entrado en el mercado como Petra Diamond  y Gem Diamonds  adoptaron el sistema de licitación; es decir, los clientes hacían su oferta por los lotes, generalmente en sobre cerrado, y la empresa vendía los diamantes a los mejores postores. En 2003 De Beers dio un paso más y redujo el número de sightholders de 120 a 80 aproximadamente con la intención de quedarse, según la empresa, con los más saneados económicamente y poco más tarde flexibilizó las condiciones que les imponía ya que permitió a sus clientes quedarse sólo con parte de los lotes.

Sitio web de De Beers Auction Sales
Sitio web de De Beers Auction Sales

En 2008, según indica la misma empresa en su sitio web, De Beers comenzó a vender bruto a través de subastas online. De Beers también pasó al sistema de licitación a través de Diamdel, una filial formada a mediados de la década de los sesenta para vender bruto a empresas pequeñas. En 2012 Diamdel cambió su nombre a De Beers Auction Sales; en su web  afirma que vende online aproximadamente un 10% en valor de su producción y el resto mediante el sistema de sightholders. La empresa informa también en la web que tiene unos 600 compradores online registrados y dice que los compradores que mantengan alta capacidad de compra regularmente tienen la posibilidad de ser seleccionados sightholders. También ha lanzado un servicio a través de su web para que profesionales acreditados vendan diamantes de más de 5 quilates o de color «fancy».

Otras empresas mineras, como por ejemplo Diamcor Minig Inc., también comercializan directamente su producción de diamantes.  Pero en este caso, la empresa en su página web dice que los vende a través de las bolsas de diamantes en licitaciones a compradores acreditados. En otras ocasiones, algunas empresas mineras modestas optan por comercializar su producción de diamantes en  sitios web dedicados a subastas. Por ejemplo, Fusion Alternatives es uno de estos sitios web que ofrece la posibilidad de vender y comprar diamantes en bruto y, además, tallado.

Fusion Alternatives ofrece la posibilidad de vender y comprar diamantes en bruto online.
Fusion Alternatives ofrece la posibilidad de vender y comprar diamantes en bruto online.

En fin, hoy en día  casi todas las empresas mineras comercializan ellas mismas, de una manera u otra, su producción de diamantes. Según algunas fuentes aproximadamente el 30% de la producción mundial se vende online. En general, estas empresas afirman en sus respectivos sitios web que únicamente tratan con profesionales del diamante consolidados que pueden demostrar su solvencia ética y económica y, por tanto, aquellas personas o empresas que desean negociar con ellas deben rellenar una solicitud y aportar la documentación requerida.
Autor: José Manuel Rubio Tendero


Comentarios


10 thoughts on “El comercio del diamante en bruto en la actualidad”

  1. Muy buenas tardes y gracias por este didáctico artículo que enriquece el conocimiento del mundo de la joyería de lujo.

    Con el permiso del administrador del blog voy a dar mi visión sobre el camino que el sector de los diamantes ha seguido en las cuatro últimas décadas (por ser las que conozco de primera mano).

    Desde los años ochenta el sector ha cambiado sustancialmente, y de esto es consciente quien, como nosotros, ha viajado y adquirido sus diamantes en las diferentes bolsas de diamantes existentes; fundamentalmente la bolsa del diamante de Amberes.

    Pero no solo ha cambiado como consecuencia de la evolución del mundo digital. Este cambio se ha notado, y mucho, en el ámbito de las relaciones personales entre proveedor y cliente. Muchos recordarán como se hacían las operaciones antiguamente. Existía una gran sala y en una de las mesas escribías aquello que deseabas comprar. Pasaban los brokers a leer lo escrito y se al poco tiempo tenías varios brokers mostrando la mercancía. Si tomabas la decisión de comprar algunos de los lotes mostrados estrechabas una buena y gran relación con el proveedor en cuestión, quien si todo iba bien pasaba a convertirse en uno de tus proveedores habituales. Había pues una relación humana que no sólo se quedaba en la compra/venta de diamantes; en muchos casos se establecía una relación de amistad y de confianza.

    De Beers sigue siendo el más grande proveedor de diamantes en bruto existente, seguido de Alrose y Rio Tinto, empresas rusa y canadiense respectivamente. A partir de aquí el mercado está muy atomizado salvo contadas excepciones.

    El problema que existe hoy en día con los nuevos métodos de venta digital es que el cliente ha de tener «fe ciega» en sus proveedores, y no siempre es bueno dejar que elijan por ti lo que tu cliente realmente desea comprar en tu joyería. Ni todos los proveedores tienen una visión clara de tu negocio, ni todos los diamantes certificados que te quieren vender son realmente fiables. Pongo como caso extremo los certificados del E.G.L., pero también, y porqué no, los de la GIA. Ya somos muchos los profesionales que no vemos claro como clasifica la GIA en función de si están certificados en la India o en EEUU; Y esto no es bueno para nadie. Como gemóloga y Experta en Graduación del diamante, he visto con total y absoluta claridad certificados de la GIA de pureza VS2 donde no existía duda alguna de que eran SI1.
    ¿Que está pasando pues en el mundo del diamante?. Por un lado tenemos a De Beers con sus propios certificados y a su vez con sus propias tiendas de joyería. De igual forma esta misma empresa sigue siendo la mayor productora de diamantes en bruto y a su vez la mayor comercializadora a través de la DTC y sus Sightholders. Esto, y según he escuchado en boca de diferentes proveedores de diamantes, está provocando que aquellos que pulen sus diamantes y los venden a mayoristas o joyerías, estén exigiendo a las diferentes casas certificadoras que sean más laxas, es decir, que no sean tan estrictas en sus certificados.

    De Beers tiene la libertad de acaparar toda la cadena de producción y suministro, no hay nada que se lo impida. Pero por otro lado no puede estar exigiendo al resto del sector que se atenga a determinadas reglas que esta empresa no siempre cumple. Cuando a De Beers le interesaba que el sistema fuese escalado (PRODUCTOR..SIGTHOLDER … MAYORISTA.. TIENDA.. CLIENTE) todos se tenían que atener a dicha regla. En los años 90 ellos mismos cambiaron las reglas de juego y ya valía todo; podías saltar de un sitio a otro sin problema alguno y con el beneplácito de esta multinacional. Rompió las reglas de juego y el mercado se lo ha hecho pagar con precios descontrolados y a la baja (ver idexonline.com y marcar 5 últimos años).

    Si hablamos de la venta online de diamantes en bruto o pulido deberemos tener en cuenta otro factor de suma importancia: ¿conoce el cliente final -y más de un profesional- las características de los diamantes?, según mi opinión NO. Pero es más, y repito lo ya dicho, comprar un diamante por internet por muy certificado que esté no es una garantía determinante para el cliente final. ¿Porqué los profesionales compramos los diamantes certificados sin que estén encapsulados?. La respuesta es sencilla, no nos fiamos hasta que no hemos visto el diamante con nuestros propios ojos, cosa que si está encapsulado se hace imposible.

    Un saludo y muchas gracias por vuestro artículo

    Ana
    Jorge Juan Joyeros

    1. Gracias Ana por tu comentario y matizaciones. Son interesantes y me gustaría puntualizar un par de cosas al respecto.
      Rio Tinto es un grupo minero de gran envergadura que engloba varias divisiones, una de ellas Rio Tinto Diamonds. La sede central de Rio Tinto, tengo entendido que está en Reino Unido, pero no sé si la de Rio Tinto Diamond también está allí. En su web dice que actualmente explota la mina Argyle en Australia, famosa por su producción de diamantes de color rosa. En Canadá Rio Tinto tiene una importante participación en la mina Diavik y, también, en el estado indio de Madhya Pradesh está llevando a cabo trabajos con el objetivo de empezar a extraer diamantes en 2019. Este es el enlace donde la misma empresa explica todo esto con más detalle en: http://www.riotinto.com/copperanddiamonds/about-rio-tinto-diamonds-10527.aspx
      No obstante, los datos referentes a las reservas estimadas o previsiones de producción que las empresas mineras aportan ya sabemos que tienen que ser tomados con mucha cautela.

      Por otra parte, no veo cómo puede influir De Beers, o cualquier otra empresa dedicada a la minería de diamante, en los laboratorios que certifican diamantes. No creo que haya constancia de ningún caso. Otra cosa es que algunas certificaciones realizadas por ciertos laboratorios o por laboratorios reputados internacionalmente, por ejemplo GIA o HRD, en algunas ocasiones sean discutibles. En cualquier caso, en el laboratorio gemológico MLLOPIS cuando certificamos una gema seguimos un criterio independiente y siempre intentamos ser objetivos.
      José Manuel Rubio Tendero
      Gemólogo

  2. Muy interesante el artículo.
    Estoy de acuerdo con Ana en que los profesionales no podemos comprar diamantes sin previa inspección, ni encapsulados ni por listado, aunque estén certificados.
    GIA y HRD son laboratorios muy reputados y según mis noticias no admiten ningún tipo de presión en sus certificaciones. No ocurre lo mismo con otros laboratorios como IGI y EGL.
    Me considero muy estricta como gemóloga, y los muchos años que llevo comprando diamantes certificados GIA New York y GIA Gaborone (Botswana), nunca he discrepado con la certificación, bueno sí, en dos ocasiones he encontrado errores pero a mejor. En los GIA Mumbai si ocurre lo que comentaba Ana, tienen muchos fallos sobre todo en la pureza.
    Después de examinar los diamantes tallados se decide a que laboratorio se llevan a certificar. Por supuesto no se vende al mismo precio un GIA New York, que un GIA Mumbai.
    Todo está en los criterios de compra y exquisitez del profesional y lo que quiera ofrecer a sus clientes.
    Sefa Ferrer
    Gemóloga practicante.

  3. Buenas….primero felicitarles por la gran informacion que brindan aca…es muy buena
    Solo una pregunta….alguien sabe algo relacionado con una empresa multinivel llamada Pay Diamond?????
    Por favor agradeceria una respuesta….quiero saber si realmente esta empresa esta legalmente establecida …segun dicen se dedica a la compra de diamantes en bruto, los talla y vende…pero como usan el sistema multinivel pues me deja muchas dudas de su credibilidad..
    Agradecido de antemano…

    1. Hola Romina

      A mi entender, y es mi opinión, me parece que esta organización Pay Diamond es piramidal, de tal manera que con el dinero de los nuevos compradores se pagan los intereses tan elevados de los que venden. Supongo que si algún día deciden vender todos a la vez, ¡explotará!.

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