Determinar la autenticidad de la turquesa es una tarea complicada. Entre todas las piedras preciosas, quizá esta gema sea una de la que más dificultades presenta para su identificación.
Alrededor del 80% de las piedras ofertadas en el mercado como turquesa en realidad no lo son. Con los métodos gemológicos ordinarios pueden ser identificadas con relativa facilidad un 60% de todas las imitaciones de turquesa.
Imitaciones de materiales compactados suelen tener una densidad menor que la de la turquesa natural y su dureza también suele ser inferior.
Cuidado: evitar el contacto con productos químicos
Turquesa
Fractura granular de una turquesa
Fractura concoidea en un vidrio que imita a la turquesa
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