Consiste en carbón (95%) prensado, calentado y mezclado con un aglutinante (5%). La superficie, una vez tallado el material, no admite un pulido perfecto.
Cuando observamos la superficie con el microscopio se advierten irregularidades diminutas y en algunas ocasiones lo suficientemente grandes como para ser detectadas con una lupa de 10 aumentos.
Con más aumentos a través de zonas traslúcidas se pueden ver burbujas esféricas. Un rasgo a destacar es que deja raya de color marrón sobre una porcelana blanca sin pulir, igual que el azabache. Tiene brillo céreo y es bastante quebradizo.
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