Retalla de diamantes
En general, interesa retallar un diamante cuando los ejemplares tienen cierto tamaño porque siempre se pierde peso y si no es así la gema resultante sería muy pequeña. Además, como el proceso de retalla tiene también un coste debemos considerar si resulta rentable llevar a cabo toda la operación.
Ejemplo de un diamante con talla antigua que conviene retallar
las proporciones eran estas:
Este diamante una vez retallado en talla brillante quedó así:
En este caso vemos que la pérdida de peso estuvo en torno al 31% (el peso del diamante después de retallado es de 1,79 ct), pero el grado de calidad de talla aumentó y el precio de la gema también porque el nuevo estilo de talla tiene más demanda. Algunas veces, si el diamante tiene alguna inclusión cerca de la superficie cabe la posibilidad de que desaparezca y el diamante gane algún grado de pureza. También puede ganar un grado de color. De hecho, el precio de este diamante aumentó un 50% porque se obtuvo un grado de pureza VVS1 frente al anterior VS1 y el grado de color también mejoró, pasó de color H a color G. Pero no siempre es así, no hay un diamante igual que otro y cada caso debe ser estudiado individualmente. Una veces puede ser rentable llevar a cabo todo el proceso y correr con los gastos ocasionados y, quizás, en otros casos no. No obstante, el grado de incertidumbre, hoy en día, es mínimo porque podemos calcular el resultado midiendo las proporciones del diamante con los modernos instrumentos que emplean tecnología láser.