Los rubíes son gemas muy apreciadas por su bello color y extremada dureza, pero los rubíes naturales de cierto tamaño son muy escasos y, por tanto, muy caros. Al Laboratorio Gemológico MLLOPIS nos traen, con cierta frecuencia, ejemplares de rubíes, tanto montados en piezas de joyería como sueltos, para certificar. Por eso mismo, estamos acostumbrados a ver todo tipo de materiales que intentan imitar esta gema tan apreciada: rubíes sintéticos, vidrios de color rojo, otras gemas naturales de color rojo vivo y, últimamente, muchos rubíes o zafiros naturales que, en un principio, no tenían calidad gema, pero que después de haber sido tratados de una u otra manera han adquirido un color apto para ser empleado en joyería. Y, en consecuencia, pueden venderse más caros. El problemas es que algunas veces no se declara que el rubí ha sido tratado o no se indica el tipo de tratamiento ha que ha sido sometido.
No hace mucho tiempo tuvimos un caso que puede ilustrar la problemática que envuelve la identificación de los rubíes. Nos trajeron para certificar una gema facetada, de 1,79 ct, talla oval, de 8,10×6,20×4,30 mm, que presentaba un panorama de inclusiones muy parecido al de los rubíes naturales, pero también al de ciertos rubíes sintéticos.
Después de comprobar que, en efecto, los índices de refracción de 1,762 y 1,770 y birrefringencia de 0,008, se correspondían con los del rubí, procedimos a analizar el espectro de absorción de la gema con un espectroscopio gemológico manual. El espectro de absorción del ejemplar, en la región de la luz visible (entre los 700 y los 400 nm aproximadamente), consistía en dos líneas finas que formaban un doblete en el rojo, una banda de absorción que abarcaba todo el amarillo y parte del verde, dos líneas finas muy definidas en el azul y absorción de todo el violeta. Este espectro de absorción se debe al cromo y es típico de los rubíes, tanto naturales como sintéticos.
La fluorescencia de la gema bajo la lámpara de luz ultravioleta de onda larga (366 nm) era de color rojo intenso y con onda corta (254 nm) rojo muy intensa. Aunque los rubíes sintéticos suelen tener este tipo de fluorescencia, los rubíes naturales también pueden tenerla.
Durante el examen visual de la gema, en primer lugar, destacaban unas bandas rectas blancas de coloración zonal con disposición hexagonal sobre el color rojo oscuro moderadamente fuerte de la masa del ejemplar (R 7/4, según la terminología GIA para definir el color).
Con la lupa gemológica de 10X resultaba fácil reconocer una pluma formada por inclusiones líquidas o fluidos. Aunque este tipo de inclusiones es muy habitual en los rubíes naturales, sobre todo en los rubíes tailadenses, también podemos ver plumas muy similares en los rubíes sintéticos fabricados por Kashan.
Aunque estas inclusiones que forman plumas nos pueden confundir si las observamos sólo con la lupa, con el microscopio gemológico esta confusión no ocurre porque vemos rápidamente que el contorno de las inclusiones aparece redondeado y, además, el aspecto general de la pluma dista mucho del que podríamos ver en un rubí natural. Sin embargo, tal y como hemos comentado más arriba, estas plumas se parecen mucho a las formadas por restos del fundente empleado en la sintésis de los rubíes fabricados por Kashan. Estos rubíes sintéticos también tienen, algunas veces, inclusiones muy pequeñas que forman una débil «niebla», incluso adoptando una disposición hexagonal, pero no tan marcadas como en el ejemplar que estabamos estudiando. Y, en consecuencia, el examen de las inclusiones, en este caso, no resultaba concluyente.
No obstante, frente a este tipo de sintéticos de fase fundida, nuestra gema presentaba un rasgo peculiar: un ligero tono azulado en la masa de la gema y, además, las inclusiones, sólidas y bifásicas, mostraban evidencia de tratamiento térmico porque estaban redondeadas.
Este tipo de inclusiones sin forma cristalina evidente puede ser un indicador de que la piedra ha sido sometida a un tratamiento térmico con alta temperatura que ha disuelto, en parte, el exterior de las inclusiones.
La gema tenía también alguna que otra fractura interna pequeña que alcanzaba la superficie de la gema, y, un rasgo destacable era que estas fracturas no estaban huecas, sino que estaban rellenas y el relleno parece que «sella» la superficie de la fractura.
La sustancia que rellena la fractura, probablemente bórax, se emplea para recubrir los rubíes y zafiros durante el tratamiento térmico. Esta sustancia, a menudo, penetra por el interior de las fracturas que llegan a la superficie y se queda alojada en su interior.
Todo lo expuesto hasta ahora indicaba que el rubí natural había sido tratado térmicamente y, además, fuentes del comercio profesional de piedras preciosas nos remarcaban que esas características son las que presentan los rubíes procedentes de Myanmar (Birmania). En efecto, al consultar algunos trabajos de investigación publicados, en especial uno de Gems and Gemology, vol XXXI, 1995, pudimos comprobar que todas las características de este rubí permiten afirmar que es un rubí procedente de Mong Hsu, Myanmar, cerca de la frontera con Tailandia, que ha sido tratado térmicamente para mejorar su color.
Autor: José Manuel Rubio Tendero
Hola buenas noches muy interesante su articulo. Vivo en el Edo Bolivar cerca de las minas de diamante del Guaniamo .poblacion de la Salvación.
Tine un peso especifico el rubi.? Tengo una piedra q estaba engastada en unos sarcillos arabes de 22 k antiguos y tengo curiosidad de saber q son.??
Hola John
Para saber lo que son tiene que llevarselos a un gemólogo para que los estudie y le certifique la calidad. Nosotros estamos en España, pero seguro que hay algún gemólogo cerca de usted.
Quiero que entienda que es muy complicado saber lo que son, aunque solo sea con una foto, es imposible identificarlos si no se le hacen pruebas gemológicas. Sí, el rubí, variedad roja del corindón tiene un peso específico de 4.