
No es la primera vez que pasa, «¡Uy! no será un diamante, porque a los diamantes el fuego no les afecta» , «será una piedra falsa porque la natural no se estropea con el fuego», estas y otras muchas son frases típicas de un joyero que al ver que cuando una sortija que tiene que acortar o alargar, o una montura que se le ha caído una garra, o cualquier otra situación similar …, etc. casos en los que no se desmonta la piedra y se suelda con ella puesta, es decir se pone al fuego la piedra para poder soldar lo que sea necesario. Es cierto que hay muchas piedras que se puede soldar o poner al fuego una pieza de joyería con ellas montadas, sin desengastar, y la piedra no se ve afectada. Es el caso de rubíes, diamantes, zafiros, turmalinas, y muchas mas. Sin embargo hay muchas otras que por su naturaleza no se deben de poner al fuego, ya que esta exposición al calor, sobre todo cuando hablamos de temperaturas entre 400º a 500º, sí que afecta seriamente a la piedra, por ejemplo esmeraldas, ópalos, topacios , cuarzos y muchas mas. También les afecta el calor a piedras que han sufrido un tratamiento de relleno de vidrio u otras sustancias, como es el caso de rubíes, zafiros e incluso diamantes, piedras que en la actualidad se encuentran habitualmente en el mercado. Este tratamiento se hace para disimular las fisuras y conseguir mas transparencia de la piedra, que parezca con menos inclusiones a la vista de las que realmente tiene. Sin embargo estas piedras que se pueden poner al fuego en casos en los que por circunstancias hay que hacer una reparación que necesita de una soldadura y fuego, es decir mucho calor, no tienen problema si no están tratadas con el relleno, pero con el relleno , el vidrio o cualquier otra sustancia se quema fácilmente, se carboniza y se queda negro, quedándose en las fisuras que rellenaba y que hacia que no se vieran y ahora al estar negro se ven mucho mas. Cuando sabemos que la piedra tiene un tratamiento de relleno de vidrio o de otras sustancias, no podemos ponerla al fuego, debemos desengastarla con cuidado, hacer la soldadura pertinente en la pieza y luego volverla a engastar.
Nos visita un cliente que compra un zafiro amarillo natural por Internet. Los datos que le facilitan y le dan confianza para comprarlo, son un vídeo y un informe en el que dice las características de la piedra. Dicho documento dice «Zafiro amarillo natural sin tratamiento», lleva una foto, datos de medidas, peso, tipo de talla, procedencia y en un apartado muy abajo dice con letra pequeña que «este documento no es un certificado, que el certificado no está incluído».


Pincha aqui para ver un pequeño video de como era la piedra inicialmente.
En nuestro laboratorio comprobamos la piedra de la sortija, la desmontamos y confirmamos que se trata de la misma piedra que dice en el documento que le dan al cliente. Lo sabemos por el peso, por las medidas, por el índice de refracción y birrefringencia y por la disposición y forma de las inclusiones que coinciden con las de la foto y el vídeo que le muestran al cliente antes de comprar. Lo que no dicen, y en eso incumplen con la Normativa CIBJO para el comercio de piedras de color, es que la piedra está tratada con relleno de vidrio u otras sustancias y que no se puede poner al calor.


Parece ser que cuando el joyero hace la montura oval para engastar en chatón el zafiro amarillo, primero engasta en la montura la piedra y luego suelda esta al anillo. Cuando suelda la montura expone al calor, al menos 350º a 400 º , tanto la montura como la piedra, con la confianza de que como es un zafiro, no le va a pasar nada. El resultado es desastroso, porque el vidrio de relleno que se emplea es de bajo punto de fusión y lo que hace literalmente es carbonizarlo, se queda negro todo lo que es el relleno. Lo que ha pasado es que todo lo que antes era relleno y no se veía porque servia para disimular las fisuras, ahora está negro carbonizado en el mismo sitio, en las mismas fisuras. Lo que no entendemos es por qué el joyero no soldó la montura al anillo y después la engasta, de esta manera no hay que ponerla al fuego y es la forma normal de hacerlo.
Cuando compren una piedra preciosa, asegúrense de que tiene un certificado gemológico expedido por un laboratorio reconocido y de confianza. Ante la duda ¡CONSULTEN CON UN GEMÓLOGO!.