No es la primera vez que un cliente nos trae piezas para valorar y hacer su informe gemológico, y que al ver sus resultados se sorprende porque no es lo que le habían dicho que era y que como «tal» lo había comprado. Esto produce a la larga, desilusión, descontento y falta de confianza de los clientes en el sector de las gemas, bisutería y joyería en general. Concretamente hablo de un colgante de «ámbar de Santo Domingo» comprado en una tienda para turistas en Santo Domingo (República Dominicana).
El cliente trajo varias piezas para hacer los informes gemológicos y sus valoraciones. Con esta pieza nos tuvimos que emplear un poco mas. El índice de refracción que habíamos leído en su base era de 1,560 monorefringente, un poco alto para ser ámbar.
La prueba de frotar y de que atrae pequeños trocitos de papel, también se verificó y fue positiva. En la fluorescencia con luz ultravioleta de onda larga, presentaba ligera a débil fluorescencia azulada lechosa. Hasta aquí, salvo la lectura del índice que da un poco alto, todo hace pensar que se trata de un ámbar.
A pesar de que la pieza tiene mucha transparencia y claridad, la pusimos en el microscopio para su observación. Nos sorprendió la cantidad de puntos blancos y rojos diseminados de forma uniforme por toda la masa, hecho que en un ámbar natural no es normal, suelen ser indiscriminados, no uniforme en su distribución y de diferentes tamaños.
Otra cosa que llamó nuestra atención en esta observación, fue el ver hilos o fibras del tipo «celulosa».
Estos detalles nos dejaron perplejos y decidimos desmontar el cabujón para hacer mas pruebas.
Una vez desmontado y desprendido con cuidado las gotas de pegamento que quedaban ocultas por la funda de oro, le aplicamos una punta térmica, es decir, le aplicamos una hoja de bisturí (acero) calentada al rojo y colocada en plano sobre un rincón del cabujón que queda escondido por el metal. La sorpresa es que desprendió un poco de humo con olor a «goma quemada», muy distinto del aroma a pino que desprende un ámbar en estas circunstancias. Esta prueba ya es indicativa para determinar que no es un ámbar.
Como remate y al tener la piedra suelta le hicimos la prueba de peso específico con una balanza hidrostática, su resultado fue de 1,21. Para un ámbar es de hasta 1,09.
Con todo esto concluimos que se trataba de una «baquelita», para decepción de nuestro cliente y para vergüenza de la tienda que lo vendió.
La baquelita es una resina sintética que se obtiene calentando formaldehído y fenol en presencia de un catalizador. Tiene mucho uso en la industria, especialmente en la preparación de barnices y lacas y en la fabricación de objetos moldeados, como por ejemplo, de los mas comunes, los mangos de los destornilladores.
Manuel Llopis es Gemólogo, Especialista en Diamante y Piedras Sintéticas Modernas, por la Universidad de Barcelona. Fundador y director del Laboratorio Gemológico MLLOPIS de Valencia, España.
Que pena que pasen este tipo de cosas,y no tan solo en esto si no que tambie en otros metales y piedras.
No soy experto pero tengo ámbar, recogido por mi en veta del cretácico, y no huele a pino.
Añado, huele a gasóleo. Lo que huele a pino son las resinas jóvenes, por ejemplo el copal.
La baquelita está siendo muy buscada por los coleccionistas de piezas vintaje. El problema es que debido a esto, los chinos están fabricando baquelita y falsificando piezas.
Los collares y pulsares de baquelita color guinda son ahora muy caros, más de 1000 euros he visto pagar por un collar de bolas.
La baquelita, en teoría, se conoce porque si se frota con un limpia grasa se pone amarillo el trapo y desprende olor a petroleo al frotarlo con el calor, cosa que no pasa con el ámbar.
De los objetos de celuloide se diferencia porque estos se cortan de planchas y con el calor se doblan, mientras la baquelita es rígida. De otros materiales plásticos como la lucita porque son más pesados. Al chocar un objeto contra el otro suena diferente.
Hola buenas tardes. Me encontré una piedra y llevé fotos a la Universidad de Barcelona, me dijeron que es Ambar, me gustaría llevar un trozo que tengo suelto. ¿podrían mirarlo?. Gracias
Hola Jesuina, claro que lo puede traer. Si no pudiera venir, también recogemos a domicilio. Para ello antes póngase en contacto con nosotros y le indicaremos instrucciones para el envío.
Hola, Manuel, lo de hacerlo expertizar está bien, siempre está bien saber lo que son las cosas, pero con lo que cuesta una bola de ámbar no sé si es práctico. Lo mismo la gente se piensa que tiene un tesoro, y hay ámbar a montones.
Yo tengo varias cosas con duda, pero al no ser piezas caras, me quedaré como estoy. Bueno, las meto en agua, las meto en leche, les doy acetona, en fin todas esas cosas que nos van diciendo, pero a veces con esto no se ve tampoco claro, lo cual es normal, para eso estáis vosotros.
Gracias como siempre.