Este libro es una adquisición de segunda mano, porque ya no se edita. Es un libro de colección que aumenta el conocimiento de nuestra biblioteca.
El texto es del Doctor E. Gübelin, con fotografías de Michel Wolgemnsinger y el Doctor E.Gübelin.

Apreciación de las piedras preciosas Al final de este trabajo, el autor espera que este libro sea instructivo y cautivador y haga penetrar a los lectores en un mundo vasto y para muchos aún desconocido. Los cuentos de hadas han adornado con piedras preciosas al niño. Es posible que al adulto le gustaría saber el papel que desempeñaron estas piedras en las supersticiones de ciertos países y razas en diferentes épocas.

El gemólogo puso la explicación racional y científica de las piedras preciosas en primer plano con la esperanza de informar de manera comprensible al lector esperando una respuesta a las preguntas que lo intrigan. ¿Qué es una piedra preciosa? ¿Dónde y cómo se formó? ¿De dónde vienen sus colores? ¿Por qué tiene tanto valor? ¿Cómo se recogen estas piedras hoy en día?

El autor desea, ante todo, describir, por el texto y la imagen, la formación y la recolección de los minerales más bellos, de una manera más completa que en la mayoría de las obras sobre piedras preciosas. Primero la lenta formación dentro de la tierra bajo la influencia de fuerzas prodigiosas, luego la extracción por un trabajo intenso vinculado a tantas penas y sudores. Así se cosechan piedras que las manos hábiles y sensibles transformarán, por tamaño, en piedras preciosas, estos regalos más prestigiosos que nos da la naturaleza.

Estas joyas brillantes, engastadas en metal, se convertirán en joyas que inspiran una admiración respetuosa a quien las contempla. Es falso y falaz llamar preciosas piedras artificiales o sintéticas; estas últimas, elaboradas en laboratorios, no tienen escasez ni formación natural.

También hay que evitar esta horrible denominación “piedra semipreciosa” que provoca una depreciación de las piedras así nombradas. Hoy distinguimos: piedras preciosas y piedras ornamentales. Los primeros suelen ser transparentes, mientras que las segundos pueden ser opacas. En este libro se encuentra la expresión piedra preciosa noble. Esta denominación, que no es oficial, es conveniente para separar el diamante, el rubí, el zafiro y la esmeralda de otras piedras transparentes.


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