Los gemólogos no podemos hacer pruebas invasivas o destructivas en las gemas, es por eso que utilizamos mucho la visión interior de sus inclusiones, su aspecto, su color, su forma, su distribución, y hacemos comparaciones con bibliografía especializada en la que se muestran micrografías de inclusiones clasificadas por tipos de gemas. Como los gemólogos, al hacer referencia a los diferentes tipos de inclusiones de las gemas les damos nombres graciosos, sencillos, prácticos, muy referentes a situaciones reales, en alguna ocasión nos preguntan por el aspecto «siruposo» o «jaraboso», un aspecto que es muy común en los vidrios y no tanto en las gemas naturales.
Los adjetivos «siruposo» y «jaraboso» no están en el diccionario de la RAE, aunque si lo están «sirope» y «jarabe». Estos líquidos espesos se utilizan para endulzar bebidas, postres, etc. La definición de siruposo según algunas fuentes relacionadas con el vino es de «aspecto del vino con excesiva viscosidad; aspecto de jarabe»
Cuando hablamos de piedras que están hechas de vidrio, nos referimos a que pueden o suelen presentar aspecto jaraboso o siruposo muy diferente a las piedras naturales facetadas a partir de un cristal. Empleamos estos términos para referirnos a ese aspecto de cuando echas unas gotas de jarabe en el agua y esta toma un aspecto turbio, turbulencias que no acaban de disolverse, remolinos, lo mismo pasa con el sirope. ¡Mirar! un ejemplo sería este de que cuando tiras unas gotas de ginebra en un martini blanco forma como una nube turbia que no acaba de disolverse y le da un aspecto turbio, a eso le llamamos aspecto jaraboso o siruposo y es lo que nos ayuda visualmente con una lupa 10x o un microscopio gemológico a ver vidrios transparentes y distinguirlos de cristales o gemas naturales.