Si pasean por Madrid y visitan el Museo Nacional del Prado, podrán ver colecciones de pinturas maravillosas, excepcionales, de tal o cual pintor famoso, de tal o cual época, abstracto o realista, moderno, barroco, etc. pero si bajan a los sótanos del Museo y dentro de una enorme caja fuerte como si de un tesoro se tratara (para mí lo es), podrán observar una fascinante colección de una «auténtica cristalería», verdaderas joyas, obras de arte, esto si que es una cristalería, pues la mayoría de ellas están talladas de cristales de roca, la variedad incolora del cuarzo. Hemos observado rubíes, zafiros, diamantes en talla brillante, oval, esmeralda, etc., en ocasiones tallas atrevidas y personales, pero estas piedras de esta colección, estos cristales, tienen otro estilo de talla, jarrones, vasos, copas, salero, sopera, frutero, etc. finamente acabados y con estupendos grabados, artesanía que requiere mucha paciencia, herramientas apropiadas, buena mano y conocimientos de gemología. No entiendo como la gente se empeña en llamar cristal a un vaso de vidrio.
Les muestro algunas imágenes de lo que pueden admirar si se acercan al Museo del Prado, y les deseo que disfruten tanto como yo he disfrutado contemplándolas.
«El Museo del Prado, selecto donde los haya, acoge una muestra corta pero de indudable calidad de lo que se denomina las Artes Decorativas, destacando el conjunto del Tesoro del Delfín. Vasos realizados en piedras diversas, algunas de gran precio, guarnecidos como joyas, auténticas rarezas, de costo tan elevado que sólo magnates y príncipes podían poseerlas, labrados con arte, a veces inimitable y con la precisión y belleza de la obra de arte en pequeño formato.
Tan notable conjunto será a partir de ahora mejor conocido por el gran público, al disponer de un catálogo razonado íntegro de una colección que incluye así mismo, aquello que hoy falta.
El resultado de este extenso trabajo relaciona la colección del Prado con las más importantes colecciones europeas, especialmente la que poseyó Luis XIV de Francia, padre del gran Delfín Luis, quien también reunió una extensa colección de la que el núcleo madrileño es una parte selecta.
Para Caja Duero ha sido una oportunidad excepcional la colaboración con el Museo Nacional del Prado, cumpliendo con esta obra que hoy ve la luz, su objetivo de apoyar la investigación y la difusión del patrimonio histórico español, y de divulgar, con el rigor que un trabajo como el realizado por la Dra. Letizia Arbeteta requiere, los fondos de nuestras instituciones.
Este tesoro, por su belleza, seduce a los visitantes del Museo Nacional del Prado al igual que a las más bellas obras pictóricas, por lo que no dudamos que este catálogo aportará nuevos datos que permitan disfrutar aún más a aquellos que contemplan las bellas y menos conocidas piezas del Tesoro del Delfín.»
Caja Duero
De un cristal de cuarzo se puede tallar una piedra, pero si es lo suficientemente grande se puede tallar un vaso, un jarrón , etc. con buenas herramientas, buenas manos y mucha paciencia. El cuarzo es un mineral muy abundante y sus cristales puedan llegar a tener un tamaño de hasta una tonelada de peso.
EL TESORO DEL DELFIN
Estas son algunas de las Alhajas de Felipe V recibidas por herencia de su padre Luis, Gran Delfín de Francia. Se pueden admirar en el Museo Nacional del Prado, en Madrid, España.
Dada la delicadeza de las piezas, cada una de ellas lleva su estuche hecho a la medida, como si de un traje entallado se tratase, ¡vamos!, como un guante, con interior acolchado y con raso. Esto era asi para poder transportarla a la residencia de verano o de invierno, cada vez que se mudaban.
Manuel Llopis es Gemólogo, Especialista en Diamante y Piedras Sintéticas Modernas, por la Universidad de Barcelona. Fundador y director del Laboratorio Gemológico MLLOPIS de Valencia.
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