Recientemente un cliente joyero nos consulta sobre la posibilidad de restaurar o mejor dicho pulir un collar de 28 cuentas de ámbar. Al parecer su cliente, la señora propietaria del collar, quiere volver a darle el brillo que ahora no tiene, piensa que se han estropeado por el tiempo, o que, a su entender, es de mala calidad, y se da cuenta de que después de un tiempo no tiene el mismo brillo que cuando lo compró.
Nuestro cliente el joyero, nos consulta después de haber preguntado a sus profesionales de servicios, léase, el composturero, el de los pulidos, baños de rodio, chapados, plateado, etc., el engastador, la pasadora de collares, su proveedor de piedras, y no se si a alguien mas. Cuando no ha encontrado solución con ninguno de ellos, decide consultarnos a nosotros. Lo primero que le decimos es que nos mande el collar para ver en que estado se encuentra. Una vez en nuestro laboratorio observamos que el collar de cuentas esféricas de ámbar tiene un brillo graso-resinoso, como apagado, le falta alegría y brío, en realidad lo que ha pasado es que después de muchos usos, esta señora, al igual que otras muchas, cuando se quita el collar lo suelen dejar dentro de un estuche con sus otras muchas joyas. Joyas que están apiñadas y revueltas, con diamantes y otras gemas y ¡claro!, se rozan unas con otras, con lo que los materiales mas duros rayan por rozamiento a los mas blandos, como en este caso lo es el ámbar. Esto es muy frecuente y suelo informar a los joyeros para que recalquen a sus clientes que las piezas se deben de guardar en sus estuches y evitar el rozamiento de unas con otras. Es este rozamiento el que produce múltiples rayas en la superficie que merman ese brillo.
Os recordamos que el diamante es la piedra mas dura que existe y raya a todo lo que le roce, tiene una dureza en la escala de Mohs de 10, lo máximo, luego le siguen los rubíes y zafiros (9 de Mohs) , a continuación topacios (8 de Mohs) , esmeraldas (7,5 de Mohs), cuarzos (7 de Mohs), etc. y de los mas blandos es el ámbar (2-2,5 de Mohs) incluso por debajo de metales como el oro y la plata (2,5 a 3 de Mohs).
Parece ser que nadie se atrevía, por precaución o por desconocimiento, a pulir estas bolas. Aunque en el laboratorio no tenemos máquina para pulir este tipo de material, si tenemos para pulir metales, con lo que hicimos unas pruebas con una rueda de pulir de fieltro y material abrasivo fino «rouge» que se emplea para dar el último pulido a una pieza de oro , plata o platino. Si que hay que tener especial cuidado en no apretar mucho contra el fieltro, Esta rueda es blanda, pero si aprietas puedes ser que por fricción se caliente el ámbar y como tiene un punto de fusión bajo, podría derretirse o deformarse y conseguir todo lo contrario de lo que se pretende. Quitamos el hilo del collar y pulimos con cuidado bola a bola.
No se trata de ponernos medallas, sino de intentar resolver las incidencias que surjan lo mejor posible, de arrimar el hombro para solucionar los problemas que van saliendo. No nos dedicamos a esto ni tenemos la maquinaria adecuada, pero con buena voluntad y algo de conocimiento pudimos resolverlo. El resultado fue satisfactorio para nosotros y para el cliente, tanto el joyero como la propietaria.
Quiero recalcar a los joyeros que insistan y comenten con sus clientes los cuidados que deben tener con piezas de joyería, en especial con los materiales blandos como el ámbar, las perlas cultivadas, marfil, etc.
Puedes encontrar algunas piezas de ámbar en nuestra tienda de piedras pinchando aquí.
Manuel Llopis es Gemólogo, Especialista en Diamante y Piedras Sintéticas Modernas, por la Universidad de Barcelona. Fundador y director del Laboratorio Gemológico MLLOPIS de Valencia, España.
¡Vaya!, para hacer brillar este tipo de material no es necesario ninguna maquinaria especializada, en realidad basta con frotarlo un poco contra un paño limpio, de preferencia que se caliente por fricción, al frotarlo suavemente con algún humectante natural, como aceite de almendras, se consigue un brillo muy bueno.
La calidad del ámbar no tiene que ver con el brillo, en realidad se le recomienda a los clientes que ellos mismos lo pulan frotándolo con un paño cuando se opaquen, puesto que es fácil, y es natural que con el clima se opaque.