
Recientemente hemos detectado un lote de zafiros de Sri Lanka tratados por difusión de berilio. El pedrero propietario de las piedras, dudaba de la calidad de ellas y con buen criterio, antes de vender alguna piedra, las ha hecho analizar en nuestro laboratorio.
Se trata de zafiros de muy mala calidad, con muchas inclusiones y fisuras que le dan un aspecto traslúcido y con poca vida. El intenso color oscuro y su gran tamaño (entre 11,00 ct y 7,28 ct. la mayoría de las piedras), los hace sospechosas.
En realidad emplean corindones en bruto casi incoloros y de muy mala calidad a los que les practican este tratamiento. Además de la gran cantidad de fisuras e inclusiones, se aprecian manchas de color azul difusas, en muchos casos situadas alrededor de inclusiones. Se puede ver también el color difuso o difuminado rellenando las fisuras.

