La más conocida y probablemente más significativa para el gran público
Se hizo para la coronación de la Reina Victoria I en 1838, y con ella fueron también coronados Eduardo VII y Jorge V.
Modificada para las coronaciones de Jorge VI en 1937 e Isabel II en 1953.
Es la utilizada por los soberanos al abandonar la abadía de Westminster tras la coronación, en la apertura solemne del Parlamento y en grandes ceremonias de estado.
La gran piedra roja frontal no es un rubí sino una espinela, gema de menor valor pero no menos importante, adquirida por Pedro I de Castilla, llamado el “Cruel” al rey musulmán de Granada.
En la parte inferior encontramos el «Cullinan II», obtenido de un fragmento del diamante Cullinan (3.106 ct) siendo el segundo diamante mas grande de todos los Cullinan. Situado ahí en 1908, este lugar era ocupado por un gran zafiro que fue trasladado a la parte posterior de la corona.
En el cruce de los arcos se encuentran cuatro perlas que la tradición atribuyen a Isabel I, e incluso a María de Escocia.
Rematada por un Orbe y una Cruz de Malta, ambos de diamantes y con un zafiro llamado de San Eduardo.
De un peso excesivo, fue aligerada primero por Victoria I y después por Jorge IV.
Tiene 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 4 rubíes, 1 espinela roja (centro) y 273 perlas.
Mide 31 cm de altura y, sin contar el armazón de alambre, la cubierta y la banda de armiño, pesa 1.060 g.