La “oleada” de preguntas sobre diamantes sintéticos que recibimos diariamente en el laboratorio probablemente está directamente relacionada con la avalancha de noticias sobre el mismo asunto que últimamente están apareciendo en los medios relacionados con la joyería y piedras preciosas. Y, sin duda, este fenómeno está vinculado al espectacular avance en la síntesis de diamantes que en los últimos años se ha experimentado. Pero no sólo en la síntesis de diamantes, también en la comercialización de los diamantes sintéticos que, poco a poco, se ha abierto (o se va abriendo) su espacio en el mundo de la joyería. Esta situación plantea nuevos retos que los laboratorios gemológicos afrontamos con una combinación de técnicas gemológicas estándar y avanzadas. Entre un amplio abanico de preguntas cabe destacar una muy recurrente, la siguiente: ¿los trígonos son una característica que permite identificar concluyentemente los diamantes naturales? La respuesta es no, aunque sí es un sólido indicio de que el diamante es natural.
Los trígonos son marcas triangulares que podemos ver en las caras de octaedro de los diamantes naturales en bruto. Algunas veces no los vemos fácilmente con la lupa, pero sí con el microscopio. Son triángulos equiláteros con sus vértices apuntando a las aristas del octaedro. En los diamantes ya tallados es relativamente frecuente ver en el filetín algún trígono que el tallador no ha eliminado por completo.
Otras, gemas, por ejemplo la espinela, también pueden tener caras erosionadas con forma triangulares en las caras de octaedro que no se deben confundir con los trígonos porque en el primer caso son paralelas a las caras del cristal, mientras que los trígonos del diamante siempre están orientados opuestos a ellas.
En los diamantes sintéticos producidos con un enfoque comercial las caras de cubo suelen ser las más desarrolladas o se encuentran en combinación con caras de octaedro, es muy raro encontrar trígonos en ellas. Sin embargo, ya en 1997, cuando los métodos de síntesis de diamantes con calidad gema todavía no tenían una aplicación comercial tan relevante como la actual se publicó un artículo (J.E. Shigley y otros: Gems and Gemology, vol 43, pag. 42-54, 1997) que dejaba constancia de que en algunos cristales octaédricos de diamantes sintéticos se podían ver marcas triangulares muy parecidas a los trígonos de los diamantes sintéticos. Desde entonces hemos visto esporádicamente alguna noticia relativa a cristales octaédricos de diamantes sintéticos con marcas triangulares en sus caras que podrían ser muy parecidas, si no iguales, a la de los diamantes sintéticos.
En cualquier caso, los diamantes sintéticos con hábito octaédrico no son habituales porque comercialmente sale más rentable utilizar técnicas que producen combinaciones de cubo y octaedro cuya caras tienen una superficie estriada o dendrítica sin trígonos. Pero si tenemos presente todo lo comentado hasta ahora, cuando nos encontremos con un diamante que tiene trígonos será mejor que realicemos una prueba complementaria antes de dictaminar su origen natural.
Escrito por José Manuel Rubio Tendero