Pasado el 2009, año para olvidar, o mejor, para recordar que podemos y debemos adecuarnos a los nuevos tiempos y formas de trabajo y negocio. Como todos los primeros de año nos acordamos de nuestros buenos propositos para empezar nuestra andadura. Puede ser este un buen momento de que podemos profesionalizar un poco mas nuestro trabajo y dotar de instrumentos y herramientas que demuestren a nuestros clientes que estamos preparados y conocemos muy bien nuestra profesión.
Me pregunto si nuestros clientes a la hora de elegir un diamante para una «pedida de mano» o para un «regalo de aniversario», etc. , ¿conocen la diferencia entre un color «Wesselton (H)» o un color «Crystral (J)»?, ¿alguna vez se lo hemos explicado?, posiblemente con palabras pero, ¿se lo hemos mostrado visualmente?, pienso que es una forma de que conozcan mas las diferentes calidades de color en los diamantes y puedan elegir con mas conocimiento, demostrándoles, por ejemplo, que la diferencia entre un Wesselton H o un Crystal J es mínima visualmente y que económicamente le conviene a su bolsillo.
Bueno pues es muy fácil de hacer ver, necesitamos una lámpara de luz de día, de las que hay con muchos diseños, con o sin cable, pero todas tienen las mismas características, luz blanca, «luz de día», la que todos los gemólogos hemos adoptado para poder catalogar el color de un diamante. Suelen tener dos tubos de luz fluorescente de 6500ºKelvin.
No, no vale una luz halógena, estas pueden ser buenas para algunas piedras de color, pero no para el diamante, cuando lo que pretendemos demostrar es que según su blancura tiene un precio u otro. Ahora necesitaremos un fondo blanco sobre el que apoyar los diamantes y que tenga un color blanco neutro de contraste, lo que los gemólogos llamamos «V», una cartulina de color blanco neutro plegada en «V». Ya solo nos falta un patrón de color en circonita, de los que vienen calibradas de tamaño y color.
Con talla brillante moderna, generalmente de 6,00 mm de diámetro, casi el equivalente a un diamante de 1,00 ct. y sin impurezas. Se acompañan de una escala en la que figura su color, con la letra correspondiente a la escala de color GIA, su peso en carats y su altura con precisión de céntésima de ct. y mm. de esta forma si se nos mezclan sabremos separarlas y ordenarlas por color comprobando su peso o su altura (no hay dos iguales).
Podemos mostrarle a nuestro cliente una piedra partón de color Wesselton H y a su lado otra de Crystal J, se colocan en la «V» de perfil, no con la tabla hacía arriba sino de perfil, tal y como se muestra en el esquema de abajo. De esta manera el brillo y los reflejos de la pìedra no nos impiden ver el color de su masa, nos daremos cuenta enseguida de la diferencia de color, de la blancura de un H, pero si las ponemos con la tabla hacía nosotros comprobaremos que es mucho mas difícil ver la diferencia.
Podemos, si no queremos invertir en un patrón de color, encargar a nuestro Laboratorio Gemológico de confianza que nos prepare dos o tres circonitas con colores Top Wesselton F, Top Crystal I y Top Cape L, por ejemplo, teniendo así unas muestras que enseñarle a nuestros clientes y al mismo tiempo comparar con el diamante que le ofrecemos. Siempre digo que una luz blanca no engaña y nos ayuda a vender.